domingo, 10 de novembro de 2013

NOCHE DE HALLOWEEN EN LA BIBLIOTECA (II)



     Publicamos aquí un conjunto de relatos hecho por los alumnos de 1º de ESO, con motivo del día de Halloween. Que cada uno disfrute con su relato y con el de los demás. Luego, no se os olvide votar los dos relatos que más os gustan en la columna de la derecha.

1

     Se produjo un fuerte golpe y el suelo vibró como si un terremoto nos hubiera pasado por encima. Fue un sonido hueco y pesado. Ocurrió en el piso de abajo y decidimos ir a investigar. Lo primero que descubrimos fue una nube enorme de polvo a la que iluminaban los tenues rayos de la luna que pasaban por las ventanas. Luego dos manchas rojas flotaban en el aire y estaban una paralela a la otra…
    Un gruñido que oímos a lo lejos se convirtió en un montón de sonidos de puertas abriéndose y cerrándose en medio del pasillo. Corrimos atemorizados y subimos las escaleras en estampida. Aunque no oíamos pasos, sabíamos que teníamos algo o alguien a nuestras espaldas persiguiéndonos. Nos metimos en una de las aulas a descansar y nos empezamos a hacer preguntas sobre qué era lo que nos había asustado. Llegamos a imaginarnos fantasmas de ojos rojos y otros seres de película. Los que estaban más cerca de la puerta se estremecieron al oír unos ruidos vagos como los pasos de un hombre, los cuales empezaron a acelerarse cuando la puerta estalló en llamas y una figura las atravesó. 
     Salvamos distancias saltando a los arbustos y amortiguamos bastante la caída. Después volvimos a huir con todas nuestras fuerzas pero “Él” nos iba ganando metros por momentos. Nuestra única forma de poder salir de ésta era volver a entrar en el edificio y escondernos en algún sitio.
   Elegimos la biblioteca porque allí había mucho material para protegernos. Cerramos las puertas y las sellamos con todo lo que pudimos: sillas, mesas, cables para atarlas…Cuando acabamos el arduo trabajo de sobrevivir eran aproximadamente las tres de la mañana y nos sorprendimos a nosotros mismos de lo bien que habíamos atrincherado la entrada. Después, en calma por fin, algunos dormitaban y otros caían rendidos por el cansancio y nerviosismo causado durante las últimas horas.
 
    Creo que dormí unos veinte minutos o así, y después me desperté sobresaltado. Había tenido una pesadilla. Vagabundeaba recorriendo la sala sin saber qué hacer. Charlé un rato con mis compañeros y descubrí que no era el único que había dormido mal. Justo en ese momento una gran explosión envolvió el habitáculo y me empezaron a pitar los oídos.
     Me quedé inconsciente el resto de la mañana y desperté sobre las ocho. Observé que todo estaba sorprendentemente intacto, pero faltaba algo… Hasta que recuperé la consciencia totalmente no me di cuenta de que lo único que faltaba eran ¡¡¡mis amigos!!! 
     Pasado un tiempo de aquella horrible experiencia medité mucho y me dije que aquello no era posible. Justo después de pensar  eso, me levanté de la cama el uno de noviembre, casualmente un día después de la noche de “Halloween”, y vi que todo había sido un sueño horriblemente real.

                          Javier Pavón Muñoz


2



Hoy hablando en clase sobre libros de misterio, a mi compañero Alejandro se le ha ocurrido una idea:

Pasar la noche en la biblioteca contando historias de miedo; todo el mundo estaba de acuerdo, ya que esa noche era “Halloween”. Al llegar esta, nos reunimos todos los niños y nuestra profesora Modes, esperando impacientes en la puerta del Colegio, vestidos con nuestros disfraces de “Halloween”. Cada uno llevaba diferentes trajes, unos iban de calabaza, otros de vampiros, de calaveras, de hombres-lobo, de esqueleto, de brujas, y como no podía faltar, de Jack O´lantern, típico disfraz de esta fiesta. Cuando las monjas se fueron a dormir nosotros entramos en la biblioteca.
A las once, oímos un extraño ruido que provenía de la sala de profesores. Seguimos contando historias de miedo sin temor a lo que hubiera fuera. Nos pasamos toda la noche allí. Cuando estábamos dispuestos a dormir sonó el mismo ruido que había sonado anteriormente, pero esta vez más fuerte. Con incertidumbre, nos dirigimos en grupos a investigar el Colegio. Unos fueron a inspeccionar las clases, otros el patio, a secretaría…Como no encontrábamos nada raro, decidimos volver a nuestro punto de partida: la biblioteca.
Decidimos irnos a dormir, pero al minuto, una niña gritaba aterrorizada:
-“¡He…he visto una sombra que venía hacia nosotros, pero al dar la voz ha salido corriendo!”.
Nadie la creía. Pero… por si acaso íbamos rotando haciendo guardia. Al encender la luz vimos que faltaba algo de la biblioteca, eran los tableros de ajedrez. Quién fuera los necesitaba para algo. Miguel despertó a todo el mundo. Al mirar por la ventana vimos una fría y lúgubre figura apoyada en el columpio, hacía un chirriante sonido que daba más temor a la noche. Al volvernos para preguntar a nuestra profesora qué hacía ese extraño en el patio, nos dimos cuenta de que había desaparecido. Al estar mirando por la ventana, había venido el cómplice y se la había llevado. En una estantería, encontramos un teléfono antiguo por el que Pilar tuvo la idea de llamar a la policía, pero habían cortado la línea.
A la mañana siguiente, encontramos a nuestra profesora en un armario atada. Nos dijo que la habían secuestrado antiguos profesores del Colegio. Y que necesitaban los tableros de ajedrez para resolver un enigma del colegio que sólo se podía resolver las noches de “Halloween”. Nos pusimos en marcha a buscar los siete tableros que habían cogido. E n la puerta de la biblioteca había una carta pegada en la que ponía  que si encontrábamos todos los tableros antes de las 3 de la madrugada si no el Colegio se destruiría. Salimos a buscarlos, y encontramos uno escondido en un arbusto del patio, otro en el despacho del director, el tercero en la clase de 1ºE.S.O B metido en un pupitre. Al cuarto lo encontramos en los baños encima de la cisterna donde sólo alcanzaba Luis. El siguiente estaba en la sala de profesores escondido en el armario.A los dos últimos no los encontrábamos. Una niña dijo:¡aquí, aquí! El penúltimo estaba en el laboratorio de ciencias enganchado al esqueleto. Eran las 3 menos cuarto y todavía nos quedaba uno. Finalmente, estaba en la sala de audiovisuales escondido detrás de la pantalla. Eran las 3 menos cinco teníamos que hallar el enigma. En la casilla h2, había una letra pequeñita en cada tablero y decía: “PRIMERO “.Nos dirigimos a primero de primaria y allí nos encontramos a los antiguos profesores, al verlos, rápidamente salimos del colegio y nos dirigimos a comisaría. Allí no nos creyeron, pero al venir Modes sí lo hicieron.
Buscaron a los secuestradores y los detuvieron de inmediato. No volvimos a quedarnos por la noche en el Colegio.
                                                                                                                                    
                                                                            Álvaro Nevado


 
3



Un grupo de amigos fuimos a la biblioteca del Colegio el día de “Halloween “por la noche. Nos lo estábamos pasando muy bien corriendo, jugando, utilizando el ordenador...Cuando de pronto, las luces se apagaron. Empezamos a oír muchos gritos, golpes y chirridos. Bloqueamos la puerta para que no entrase nada ni nadie. Nos quedamos quietos, sin mover ni un solo músculo, y callados. Escuchamos una voz grave y distorsionada que nos decía: “Abrid la puerta o la echaré abajo de un golpe” Vimos su silueta por debajo de esta, era alto y muy gordo. Volvió la luz y nos encontramos en frente de la ventana una estatua de un ángel desollado y con cara de asombro. Nos asustamos mucho al verla pero enseguida se nos pasó el miedo. Lo estuvimos observando mucho tiempo hasta que nos dimos cuenta de que no era una estatua, sino una especie de cofre en el que había un papel, una llave y una palanca. En el papel había escrito un acertijo en una lengua desconocida que no pudimos resolver. La palanca la utilizamos para romper unas ventanas para  escapar. Pero fuera estaba aquel hombre y nos estaba vigilando. Desde allí nos dijo que le diésemos el ángel. Le dijimos que no y empezó a escalar para poder entrar por la ventana. Derribamos unas cuantas estanterías para tapiar las ventanas. Una vez ya a salvo vimos que en una de las estanterías  había una cerradura. Introdujimos la llave y se abrió la parte de atrás. Dentro encontramos una caja fuerte y la abrimos con la palanca. Había un libro en el que aparecían los mismos caracteres que en el papel. Desciframos el papel y ponía que para derrotar al hombre tan malo solo había que cortar la cabeza al ángel con un serrucho de hierro oxidado y untado en sal. Nos pusimos a pensar dónde podríamos encontrar un serrucho de hierro oxidado ya que la sal ya sabíamos que estaba en la cocina. Salimos de la biblioteca con la palanca y un trozo de madera. Con mucha cautela llegamos en silencio a la cocina y cogimos la sal, pero el hombre nos encontró y salimos corriendo. Le partimos la tabla de madera en la cabeza y cayó inconsciente. Regresamos a la biblioteca con el corazón a mil por hora y nos pusimos a descansar. Al cabo de un rato averiguamos dónde podíamos conseguir el serrucho. Fuimos al almacén del jardinero que estaba en la otra punta del Colegio y eso nos exponía al peligro. Buscamos por todas partes, pero no lo encontramos hasta que miramos debajo de un montón de cajas llenas de herramientas. Nos volvimos a encontrar con el hombre pero esta vez nos capturó. Nos llevó a un sótano que desconocíamos y nos encerró en una jaula. Estaba preparando una especie de ritual con fuego. Allí dentro debíamos de estar a muchos grados. Hacía tanto calor que se derritieron los barrotes y nos fugamos sin que se diese cuenta. Una vez en la biblioteca, llenamos de sal el serrucho pero esta no se quedaba pegada,  así que buscamos en internet cómo hacerlo. Después de varios intentos fallidos dimos con una web sobre casos y encontramos algo que decía que aquel hombre se llamaba “El inquilino del ángel” y que para destruirlo había que echar la sal sobre el serrucho, quemarlo y rociar agua. Echamos la sal y con un montón de tablas de madera hicimos la base. Cogimos alcohol del botiquín y con un mechero que encontramos en un cajón prendimos la madera y quemamos el serrucho. Solo nos quedaba el agua pero no había,  así que, miramos por la ventana y el cielo se estaba llenando de nubes. Todos rezábamos para  que cayesen unas pocas gotas y al final empezó a llover. Empapamos  el serrucho y salió mucho humo, eso alertó al inquilino y se dirigió hacia la biblioteca. Empezamos a cortarle la cabeza al ángel, y de repente, el inquilino derribó la puerta. Unos cuantos forcejearon con él para conseguir más tiempo, mientras que los demás conseguimos cortarle la cabeza.. El  inquilino se empezó a evaporar  hasta que desapareció  y  todos los destrozos del Colegio con él. Llegamos a nuestras casas y no supimos más de lo sucedido.



                                                                       Carlos Navarro Morán


  4
 
 
El día de “Halloween” todos los niños del Colegio “La Asunción” se disfrazan y llaman a todas las clases diciendo “¿truco o trato?”.
      Una vez un grupo de amigos, por confusión, llamaron a la biblioteca sin querer y se quedaron sin habla. No se podían ir por si había alguien; simplemente esperaron por educación. De repente, se abrió la puerta y dijeron – “¿truco o trato?”, pero al otro lado no había nadie. Los niños, asustados, salieron corriendo hasta llegar fuera del Colegio. Una parte de estos se imaginó que la puerta se había abierto sola, por el aire, pero la otra mitad del grupo era creyente, creyente en los espíritus y en los fantasmas. Muchos de ellos querían volver para averiguarlo, pero los más cobardes se fueron a sus casas.
     Los que se quedaron decidieron no separarse, excepto si era muy necesario. Al llegar a la puerta no sabían qué hacer, si llamar o abrir directamente; el más espabilado, sin permiso de nadie, abrió sin más; por lo que el resto se enfadó un poco, pero ya daba igual, no se podía rebobinar.
      Allí no había ni un alma pero, de repente, se escuchó algo. - ¡Es un libro que se ha caído de una estantería!, dijo Andrea y todos fueron a echar un vistazo.  Alejandro vio que el libro estaba abierto y casualmente salía la foto de un fantasma y en pie de foto ponía: Han visto un fantasma en la biblioteca del Colegio “La Asunción”. De repente, suena un ruido y los niños miran hacia atrás y todos empiezan a chillar. A los diez segundos ven una silueta muy cerca y no saben qué hacer. Empiezan a sonar muchos ruidos, se estaban cayendo muchos de los libros de la biblioteca y raramente todos tenían el mismos artículo a la vista: “ La Asunción” Han visto un fantasma en la biblioteca del colegio. Empiezan a chirriar las ventanas, suenan más libros cayéndose y, finalmente, aparece una silueta con la forma de la muerte. Todos echan a correr pero uno de ellos tiene el valor de mirar hacia atrás y con todas sus fuerzas chilla:- “¡correr más, correr más, que nos pisa los talones!”.
     Los niños se distribuyeron por todo el Colegio rompiendo así su trato. Se escondieron en los servicios, en las papeleras, en el pabellón, en los armarios…
      Cuando pasó una hora, a todos los habían capturado y estaban de vuelta en la biblioteca. La biblioteca estaba patas arriba, los niños estaban todos atados de pies para que no pudieran escapar. La silueta se quitó la máscara y empezó a hablar: - “Hola soy un monstruo con muchos siglos y solo me quedan unos pocos años de vida, quería morir sabiendo que había matado a un grupo de niños que había osado entrar en mi biblioteca. Hace muchos años esta biblioteca era bonita, colorida y con mucha gente pero un día, el de “Halloween” de 1988, un grupo de niños entró y rompió todos los libros, simplemente porque odiaban la lectura. Desde ese día juré que esta biblioteca era mía y que nadie volvería a entrar, excepto yo.
Entonces, aparecisteis vosotros esta misma noche, y sin permiso, os adentrasteis en ella a investigar lo sucedido, por eso os dejaré pudriros aquí y si alguien os descubre y os deja libre, esperaré a que vuestros cuerpos mueran y vuestros espíritus alcancen la vida eterna, entonces quedareis atrapados en una sala toda la eternidad y si se lo decís a alguien antes podéis llegar a tener una muerte repentina”.
     Todos los niños estaban temblando y echándole la culpa al niño que osó abrir la puerta sin el consentimiento de sus compañeros. El pobre estaba muy avergonzado de lo que había hecho. Ahora no sabía qué hacer, le dijo al señor muerte que le condenara solo a él pero no le hizo ni caso. Él contesto: - “No, os condenaré a todos porque todos habéis entrado en mi biblioteca y todos sois culpables”.
      Pilar, que era muy sensata, le dijo: -“Señor, por favor, perdónanos y por el resto de nuestros días le dedicaremos una hora a su biblioteca pero no sólo yo, sino todos y no sólo a leer libros y estar con el ordenador, sino a limpiarla, a ordenarla y a cuidarla para que el resto de sus días, hasta que muramos, esté como nueva ¿le parece a usted bien?”.
     Él contestó que no, que el daño ya estaba hecho. Los niños al morir uno detrás de otro estuvieron toda su vida de espíritus allí encerrados y preguntándose una y otra vez el por qué estamos en esta maldita biblioteca… ha sido nuestro mayor error.
                                                              
                                                              María Méndez Díaz.
 5



    -Era media noche y estábamos en la biblioteca del Colegio, dibujamos un círculo en el suelo con una estrella dentro, nos cogimos todos de la mano y convocamos a los espíritus, pero no vimos nada y nos fuimos, pero cuando cerramos la puerta un ruido extraño sonó, como si fuera una presencia, abrimos la puerta y varios espíritus estaban saliendo del dibujo. Corrimos sin parar a escondernos por el Colegio. Pilar se escondió en el laboratorio, Pedro en la clase de 1º de la E.S.O. B junto con Álvaro Nevado, y Javier Pavón, y yo en el pabellón abandonado.

       Yo cogí el libro de los secretos donde ponía cómo encerrar a un espíritu, el libro decía que teníamos que preparar una poción donde teníamos que encontrar: ajo, agua, papel de un cuarto de baño, una hoja de un libro, y por último un diente humano.

       Llamé a todos las personas que estábamos en el Colegio y les dije que fueran al comedor en diez minutos. En diez minutos estábamos todos allí y les dije a Pedro y a Pilar que cogiesen ajo, y agua y que en veinte minutos estuvieran en el cuarto de baño, mientras nosotros íbamos a la biblioteca a por hojas para el conjuro.
      En veinte minutos estuvimos todos en la clase de 1º de la E.S.O. B para hacer el conjuro, pero de repente Pilar se dio cuenta de que nos faltaba algo, miramos en el libro y… ¡ nos faltaba el diente¡ De repente, los espíritus nos encontraron, tuvimos que saltar por la ventana  y en un descuido Pedro tropezó; al poner el pie en el suelo se le calló la poción, corrimos desesperados, sin rumbo a dónde ir, con las lágrimas en los ojos viendo a nuestra muerte.
    Nos volvimos a esconder en secretaría para que no nos encontrasen, rezando estábamos todos para que nos librase.
     En un acto desafortunado Pedro estornudó con fuerza, y los espíritus lo escucharon, vinieron, y justo cuando vinieron a comernos sonó el despertador para ir a otro día de Colegio.

                                             
Miguel Ángel Sevilla Martín 
5
  
Iba a ser la noche de Halloween el día 31 de Octubre de 2013, los alumnos del Colegio deseábamos hacer una fiesta, con sus disfraces y máscaras, pero en clase no podíamos ,con lo cual en el recreo nos quedamos unos cuantos niños en la biblioteca e íbamos  preparando todo lo necesario. Tres días antes, quedamos cinco niños de cada clase, elegidos en un sorteo, en la puerta  de una tienda para comprar todos los preparativos.
Cuando nos habíamos gastado el dinero que nuestros padres nos dieron, nos repartimos el material ,y regresamos a casa. Al día siguiente, quedamos en la biblioteca y empezó la  tarea. Cada grupo hacía un trabajo; unos  máscaras, otros disfraces, otros pelucas etc. Todos participamos,  los  mayores hicieron circuitos con luces de colores intermitentes,  y los más pequeños ,murales para decorar el patio.
El día 31 por la mañana estaba casi todo acabado, y de repente, un niño se
acordó de que no teníamos ninguna calabaza, pero no había tiempo  porque el recreo se acababa y tuvimos  que quedar por la tarde.
A las cinco,  cuando regresamos  a la biblioteca para terminar, había una
sorpresa ¡los libros se habían convertido en calabazas! Por tanto,  ya estaba todo preparado.
¡Tenemos un problema! comentó un  compañero. Está lloviendo y en el patio nos mojaremos. ¿ Pedimos permiso a los profesores para hacer la fiesta en alguna clase? Pero no íbamos a caber todos. Bueno intentaremos pasarlo bien.
Quedamos a las nueve en la puerta del Colegio, pero llovía mucho. Cuando llegamos, teníamos una gran sorpresa, nos estaba esperando la Directora en la puerta y nos dijo: “ acompañadme”. Íbamos detrás de ella y nos llevó hasta el pabellón y allí había una gran fiesta, con música, patatas, bebidas y estaba adornado con todo lo preparado en la  biblioteca. Creo que no olvidaremos esta fiesta nunca.

Felipe Salgado Remedios